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viernes, 23 de noviembre de 2012

CUENTAS AZULES

Una de las historias que más me impresionó del antropólogo Marvin Harris era la de un pueblo del Amazonas, que habían creado una sociedad primitiva en la que todo el mundo tenía aproximadamente las mismas pertenencias materiales,con diferencias despreciables y supongo que inevitables, una sociedad muy igualitaria.

La valía de los hombres de esa sociedad--las mujeres estaban supeditadas a los hombres--se medían en cuentas azules: unas piedras, algún tipo de mineral precioso, quizás un lapislázuli o cuarzo azul o amatista, cuya obtención en el caudal de un peligroso río lo que hacía era poner en peligro la vida del interesado, es decir, la obtención de esas piedras significaba valor. El que más piedras tenía, se suponía que era más valiente. Yo supongo que eso sería así las primeras veces, porque luego no habría problema alguno y el trabajo extractivo y de búsqueda sería mecánico.

¿Esas piedras a qué te daban derecho? Eras más considerado, nada más. Eras más amado, nada más. No se traducía en más casas, más mujeres, más animales de granja...No era eso. Eras más considerado, sencilla y llanamente.

Te paseabas por la aldea con el collar de piedras preciosas y supongo que la gente te haría reverencias y te hablarían el el dialecto que hay que usar con los que tienen los collares, que quizás la forma de trato podría variar quizás a partir de seis piedras, luego de nueve...

Pienso que tal vez fuera una forma de respetar a los ancianos que en razón a su edad tendrían muchas cuentas.

Un mundo curioso éste.

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